Redacción Marlone Serrano
Después de una década de espera, los Diablos Rojos del México han vuelto a lo más alto del béisbol mexicano. En el Juego 4 de la Serie del Rey, los Pingos se impusieron 4-2 a los Sultanes de Monterrey, logrando así su decimoséptimo título de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) tras una barrida perfecta en la serie.
Un arranque demoledor para los Pingos
El equipo capitalino no perdió tiempo en el partido decisivo, anotando cuatro carreras en la primera entrada. José Marmolejos, originario de Nueva Jersey, fue el gran protagonista con un cuadrangular de tres carreras que encendió las esperanzas de los Diablos. Poco después, Diosbel Arias también cruzó el plato, poniendo un contundente 4-0 en el marcador.
La respuesta de los Sultanes fue inmediata, con su mannager Roberto Kelly tomando la decisión de retirar a su abridor, Julio Teherán, en el mismo primer inning. Sin embargo, ni los cambios de lanzador ni las modificaciones tácticas lograron detener la ofensiva de los Diablos, y el equipo local no pudo despertar a tiempo.
Los Sultanes, sin respuesta
Los Fantasmas Grises vivieron una serie complicada, con una sequía de 28 entradas sin anotar carreras hasta el noveno inning del Juego 4. Aunque en ese último tramo lograron reaccionar con dos carreras que les dieron una pequeña esperanza, no fue suficiente para revertir el resultado.
Brooks Hall, el lanzador de los Diablos, fue una pieza clave en la victoria, dominando a la ofensiva de Monterrey durante todo el juego. Con esta sólida actuación, los Pingos aseguraron la barrida y se coronaron campeones.
El regreso del rey
El triunfo de los Diablos Rojos del México marca el final de una sequía de títulos que duró 10 años. Este decimoséptimo campeonato consolida a los Pingos como una de las franquicias más exitosas en la historia de la LMB.
Los Diablos Rojos demostraron una vez más su capacidad para dominar en los momentos más importantes, y la espera finalmente terminó con una victoria contundente en una Serie del Rey que quedará grabada en la memoria de sus aficionados.
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